domingo, 9 de septiembre de 2007

Los sobrinos

Se complica a veces el blogueo porque no puedo escribir con los brazos ocupados por sobrinos. No dan tregua. Pero a final son unos divinos los guachos, por lo general tienen buen humor y no parar de reír. Solo les hablas y se ríen, son unos simpáticos. Salieron al tío, aunque mi sangre no tengan, eso se contagia por el aire. Además se pasan tardes enteras hablando en un idioma que no entendemos, quizás sea por eso que al rato, al ver que nadie entiende, se ponen majaderos y empiezan a sublevarse. Santi es el que más conversa y el más ágil a la hora de jugar en el suelo. Mati es más tranqui, y le va menos el ejercicio. La diferencia más notable que tienen es que Santi tiene menos cabello que Mati, en el resto son muy parecidos.
Hemos comprobado, in situ, lo que es tener bebés, y más cuando la naturaleza quiere que sean dos. Son divinos, una dulzura, pero hay que reconocer que llevan su trabajito. Los pobres padres andan estirados tratando de terminar las Tesis para recibirse. El poco tiempo que tienen libre lo aprovechan para adelantar algo de trabajo. Las visitas son importantísimas para alivianarles la intensa rutina de los bebés. Por eso acá estamos, con la camisa remangada y disfrutando a tope de los sobrinos.

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